cascada

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febrero 26, 2010

La Soledad


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Si un día que estas en tu casa empieza a llover,

y no tienes nada que hacer,

el cielo se ha nublado ,

y el sol no ves por ningún lado,

las aves cesan su cantar,

y el viento empieza arreciar.

Te acuestas a descansar

para evitar de Dios la mirada,

pero mi Querida Amiga,

de Dios no puedes esconder tu alma,

sientes que tu almohada llora,

de tanto ser tu confesora,

y en las noches al dormir,

en ese instante,

no tienes alguien que te desee,

que sueñe con los ángeles.

Tienes a tu familia, tus amigos,

pero aún sientes ese vacío.

Hay algo que le falta a tu vida,

que no sabes qué es,

pero que necesitas.

Hay algo que se esta llevando tu alegría,

y tú no haces nada por ese robo en demasía.

Es la soledad amiga,

la que te quita fantasías

dicen que la soledad,

es aquella que tu alma se lleva;

es el cuando extrañas a alguien

y no sabes si se queda,

es el “no sé que” que te da la vida

cuando ella se hastía;

es el antónimo de la compañía,

vaya ironía.

Dicen que es como el otoño,

cuando llega,

los árboles se sienten solos,

las hojas vuelan y el árbol en soledad queda.

Algunos dicen que es de sabios estar con ella,

porque te ayuda aliviar penas.

Otros dicen que es mala consejera

porque tus penas acrecientan.

El diagnóstico general nos dice:

que en momentos de soledad,

el corazón esta amilanado de tanto llorar,

los ojos tristeza pueden expresar,

las lágrimas no las podemos controlar,

se deslizan por nuestra mejilla,

y en la barbilla encuentran final.

Y cuando a punto esta de secarse,

otra la viene a reemplazar.

Será que en esos momentos,

Dios esta ocupado,

porque no se presenta a nuestro lado,

raudo, raudo, muy raudo.

Quiero a alguien con quién hablar,

alguien que no me vaya a criticar,

alguien que me pueda escuchar,

alguien que me pueda consolar,

alguien que no pregunte: ¿Que te pasa?

y que con solo mirarme entienda mi pesar.

Quizás en mi soñar,

todo sea como me lo imagino,

un lugar donde mi alma encuentre abrigo,

donde pueda decir;

descanso y alivio,

donde una decisión,

no cambie mi destino,

donde las cosas malas,

se esfumen en el olvido.

Una vez que la lluvia haya cesado

y que todo este tranquilo a tu lado.

Mira por la ventana y si ves a un ruiseñor,

no lo vayas a espantar por favor,

Es el mensajero que te ha enviado Dios,

escucha su canto con atención.

Y tal vez en ese momento,

tu corazón llore de alegría

y así, sólo entonces,

la soledad moriría.